Irene Criado | terapeuta
Todo vibra.
Terapia de sonido y vibración (sonoterapia)
Sanación es abrir lo que está cerrado, ablandar lo que se ha endurecido y obstruye.
Cuando hay bloqueos en la persona, la energía se traba, no fluye. Es entonces cuando sufrimos porque ha desaparecido nuestra armonía interior, ya sea por exceso o por defecto de la energía en determinados vórtices de nuestro cuerpo que comúnmente conocemos como chakras.
La falta de armonía se traduce en problemas que van desde enfermedades fisicas, desequilibrios emocionales, problemas sexuales, de relación con los demás o con el mundo, falta de amor, etc. Lo que tenemos que hacer es desbloquear, hacer fluir y armonizar esas frecuencias.
La sonoterapia, o terapia a través del sonido, es una disciplina ancestral que utiliza la vibración del sonido para restablecer la salud física, mental y emocional de la persona que la recibe.
Los cuencos tibetanos o cuencos cantores son instrumentos hechos específicamente para que al frotarlos o golpearlos como campanas produzcan sonidos que se llaman armónicos, que son vibraciones complejas que por resonancia, activan, armonizan y complementan nuestras vibraciones desarmónicas.
La sensación es de elevación, placer, relajación y armonía. No debemos quedarnos solo en su sonido, ya que lo que realmente importa es la vibración.
¿A quién va dirigida?
A todo el mundo ya que no es necesario estar enfermo o padecer alguna dolencia para recibir los beneficios de esta terapia.
Es un método muy eficaz como tratamiento único pero también como tratamiento paralelo y complementario a sesiones con un fisioterapeuta, a otras terapias o a tratamientos médicos. En cualquier caso, ante la duda, consulta siempre con un profesional de la medicina, especialmente en el caso de padecer alguna enfermedad grave (física o mental).
BENEFICIOS
Reduce los niveles de estrés y ansiedad drásticamente.
Induce instantáneamente a las ondas cerebrales alfa y theta, mejorando el sistema inmune (te ayuda a alcanzar estados cíclicos inferiores de actividad cerebral, estado que propicia la creación de linfocitos t, responsables del sistema inmunitario).
Relajación profunda de manera rápida.
Mejora la concentración.
Mejora la creatividad.
Mejora la visión (física, mental y espiritual).
Equilibra ambos hemisferios cerebrales.
Restablece el equilibrio del sistema endocrino mediante la vibración de la hipófisis o pituitaria.
Alivio de la sinusitis y dolores de cabeza.
Aumento de la energía.
Equilibrio y limpieza energética de todo el sistema.
Limpieza del entorno.
Acceso a estados intuitivos y de conciencia superiores.
Ayuda al fortalecimiento de los huesos.
Efectivo contra el dolor de huesos músculos y articulaciones
Todo en la vida es vibración.
Albert Einstein
Metodología y duración de la terapia
El paciente recibe el tratamiento tumbado sobre una camilla en sesiones de aproximadamente una hora/hora y media. El terapeuta, mediante el uso de instrumentos musicales sanadores y el uso de su propia voz, realiza el baño de sonido directamente sobre el cuerpo del paciente. Por tanto, la incidencia vibracional es doble, por un lado, más directa y física sobre el cuerpo (mediante la percusión y frotamiento de cuencos tibetanos, que producen una vibración extraordinaria) y, por otro, más sutil directamente relacionada con el sonido que los propios instrumentos y la voz producen y que incide en el campo eletromagnético de la persona.
Se presta especial atención a que el paciente sea consciente de sus sensaciones corporales durante el masaje y se le anima a que participe en el proceso, como un observador activo y no solo como un mero receptor. Al finalizar la sesión, entre el terapeuta y el paciente se recogerá lo sucedido durante la sesión para ayudar al paciente a integrar lo que se haya revelado durante el proceso y que éste pueda usar el aprendizaje obtenido de sí mismo en su propio beneficio e incorporarlo en su día a día.
DURACIÓN DE LA TERAPIA
Aunque una sola sesión puede ser muy relajante y placentera, se recomienda acudir a varias sesiones seguidas con la continuidad acordada con el terapeuta (normalmente, una vez a la semana o cada dos semanas) durante el tiempo que sea necesario hasta la recuperación del paciente. También es posible acudir a sesiones de mantenimiento.
